
Dirigida por Fred Vogel considerado ya uno de los maestros del Gore, esta película forma parte de una trilogía conformada por sus sucesoras
August Underground Mordum y August Underound Penance.
Podemos ver a un par de hermanos dementes, hacer todo tipo de atrocidades que encajan muy bien en el ritmo de vida de cualquier persona, como lo es en la tienda, en la calle, en el centro comercial, he ahí uno de los aspectos que le dan muchos puntos a favor a este filme.
Los FX son de buena calidad y están muy bien cuidados, desde la mujer sin pezones, hasta la mutilación de los hermanos del tattoo, hacen que los efectos vallan de bien a mejor, logrando así una mezcla enfermiza de violencia, risas estupidas, gritos de sufrimiento, y humillaciones, demencia al 100.
Estoy casi seguro que cualquier persona que halla visto este film se preguntó por lo menos una vez si este tipo de cosas ocurren cerca del lugar donde viven o algo por el estilo, porque cabe mencionar que los personajes que observamos no son los típicos hombres de edad media (casi tercera) que crecieron con sus traumas etc no!, son simplemente jóvenes de veintitantos, y de ahí surge una intriga exquisita. Es aquí cuando un film inmuta, y trastorna a cierto modo la conciencia, inquietando los sentidos de algún modo u otro, cada una de las escenas se vuelven perturbadoras.


Uno de los puntos que vale la pena señalar es el realismo que Vogel sugiere. De entrada la película se desarrolla en primera persona, y no solo eso, si no que es una cámara común y corriente que graba en vhs, y como dato extra, (como suele ocurrir), nunca vemos el rostro de la persona que se encuentra grabando.
Hubiera sido genial que tuviera algún tipo de hilo en la trama, que no fueran solo recortes de las vidas de estos malandrines, una buena razón para llegar a tan inquietante final.
Una de las películas más enfermas que podrás ver actualmente, imperdible para los amantes de Gore y lo bizarro.
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